Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en https://theresarcql319726.blogoxo.com/38879645/cómo-vivió-francia-el-cabezazo-de-zidane